Entre múltiples y variadísimos usos, esta herramienta puede ayudarnos a decapar pinturas y barnices.
Si bien es muy útil para este fin, hay que saber manipularla, pues alcanza temperaturas muy altas que pueden ocasionar quemaduras en la madera o a nosotros mismos!
Por lo tanto acá van algunos tips:
-Es ampliamente recomendable para superficies grandes con muchas capas de pinturas viejas.
-Asimismo se desaconseja en piezas delicadas, enchapados, maderas muy buenas o en trabajos de ebanistería.
-El decapado es rápido y evita riesgos de salpicaduras como puede suceder con el removedor, que es un ácido.
-Sin embargo es fundamental trabajar con mascarillas y en un ambiente muy ventilado, ya que el calor puede activar los vapores tóxicos de algunas pinturas viejas.
-Puede alcanzar altas temperaturas rápidamente, lo que ofrece numerosos usos.
-Por ello mismo, probarla primero a baja temperatura en alguna zona que no sea visible del material e ir incrementándola según la necesidad.
¿Cómo se usa?
Posicionar la pistola a unos 15 cm de la zona a decapar en un ángulo de 45 grados para que el calor no vuelva a la pistola y la queme. Veremos que al calentar la pintura, se ablanda y se empiezan a hacer “globos”. Inmediatamente con una espátula en un ángulo de 30 grados la vamos despegando fácilmente.
Precauciones:
– Mantener la pistola apagada cuando no se use;
– No guardarla hasta que la boquilla esté completamente fría;
– No dejar al alcance de los niños;
– Mientras está encendida, alejar cualquier material inflamable.
Otros usos (para alguno de ellos vienen boquillas especiales):
-Curvar plásticos (sólo los termoplásticos) y metales
-Quitar suelos de vinilo
-Encerar madera
-Aislar y reparar uniones de cables
-Resaltar las vetas naturales de la madera
-Cantear muebles
-Secar muebles o maderas húmedas
-Acelerar el secado de yeso o escayola
-Retirar etiquetas de pegamentos adhesivos difíciles
-Unir telas plastificadas
-Aflojar tuercas y tornillos metálicos
-Y varios más…